Al tenerlo en sus brazos, María ve de cerca la recaída y profundidad de todas las llagas y heridas de su hijo, reavivando el dolor. Su súplica de paciencia a Altísimo se refleja en esta gracia: “Les daré cuanto pidan, siempre que no se oponga a la adorable voluntad de https://thomast749net4.mdkblog.com/profile